domingo, 28 de febrero de 2016

El paraíso.

Sin pensármelo dos veces me habría precipitado al abismo de tus labios.
Hubiera cogido carrerilla y con los ojos cerrados, hubiera saltado al precipicio ubicado en tu sonrisa.
Habría muerto por recibir la calidez y la suavidad que esconden las comisuras de tu boca y éstas me habrían servido de punto de apoyo para mover el mundo.
Pero me encontré con que se habían cerrado para mi, que no eran tus labios lo que me esperaba sino esas blancas y perfectamente alineadas paredes que me masticaron el alma hasta dejarla hecha añicos y que pararon mi caída a la nada con un golpe seco, atronador y asombrosamente indoloro. No fue el golpe lo que dolió, fue el darme cuenta de que la entrada al paraíso se me había denegado hasta nueva orden y que esa orden no iba a llegar nunca

jueves, 11 de febrero de 2016

8. El encuentro.

Son las siete de la tarde y no podría estar más nerviosa. En tres horas conoceré al chico que ha estado semanas paseándose por mis sueños a su antojo y trastocando toda mi realidad.- Pensó Carla- No se que ponerme, no se si maquillarme, no se que vamos a hacer, ¿como se supone que tengo que decidir si arreglarme o no si ni siquiera se si vamos a quedarnos en el parque?
Después de media hora pensando sobre lo que podría o no pasar esa noche Carla optó por ponerse unos vaqueros negros y un crop top de rallas con una chaqueta de cuero y unas botas negras formando así un look elegante pero sencillo y válido para cualquier situación.

El parque quedaba a unos 15 minutos de su casa y el misterioso admirador secreto le había pedido que no llegara tarde así que a las 21:40 Carla salió de su casa en dirección a su árbol favorito, aquel en el que había pasado tardes enteras escribiendo y escuchando música. Cuando llegó allí eran las 21:55 y pensó que todavía le quedaba tiempo para admirar las maravillas que la naturaleza había creado miles de años atrás en ese parque y que ahora los humanos usaban para realizar actividades de ocio. Pero nada más lejos de la realidad, en cuanto levanto la vista hacia las ramas del árbol oyó una voz a su espalda.

-No te gires, confía en mi.- Dijo Jaime y seguidamente colocó un pañuelo rojo alrededor de los ojos de Carla haciendo así que ésta no viera absolutamente nada.- Se que ahora mismo estás intentando recordar a que compañero de clase pertenece esta voz para ponerme cara pero antes de enseñarte definitivamente quien soy me gustaría llevarte a un sitio especial para mi.¿Te parece bien?

-Mentiría si te dijera que ahora mismo no estoy asustada e intrigada a la vez pero si, me parece bien.

-De acuerdo, pues agárrate a mi brazo y mientras vamos hacia allá déjame contarte algo.- Dijo Jaime mientras cogía el brazo de Carla y lo envolvía con el suyo.- Verás, quiero que sepas quien soy antes de quitarte la venda de los ojos así que voy a explicarte la historia de como me fijé en ti y como surgió la idea de las notas. Sé que te va a parecer extraño pero hace un año cuando todavía no íbamos juntos a clase me fijé por casualidad en una chica que un día cualquiera pasaba por delante de mi clase y si, esa chica eras tú y podría decirte que me fijé en ti porque eres preciosa, que lo eres, pero no sería cierto. Me fijé en ti porque estabas llorando porque te acababas de pelear con unas amigas con las que después no volví a verte más. Al día siguiente estabas sentada delante de tu clase 10 minutos antes de que tocara el timbre y si te soy sincera no parecías la misma, te reías y cantabas sin voz pero con más sentimiento y emoción de lo que había visto cantar a nadie. Y a raíz de ahí se convirtió en costumbre observarte, se que suena a acosador pero nada más lejos de la realidad, y vi tu evolución, como hacías nuevos amigos, tus buenos y tus malos días, en fin la vida de un adolescente pero con más pasión. Y con la tontería empezaste a gustarme pero no me atrevía a conversar contigo hasta que un día, y debo decir que no elegí el mejor día, te dije que era la primera vez que te veía y te pregunté quien eras con la esperanza de que no me odiaras por ello.- En ese momento la imágenes del año anterior empezaron a recorrer la mente de Carla a la velocidad de la luz.- Y después del verano, cuando nos pusieron juntos en clase, mi mente no podía concebir una manera de entablar contacto contigo que no conllevara sacar a la luz aquella situación hasta que un día así de repente se me ocurrió la idea de hablarte sin que supieras quien soy y conquistarte de esa forma. Y ahí fue cuando nacieron las notas y los post-it. Y ahora ya me callo. -No, por favor, su voz es tan dulce, tan melódica... Sus palabras enamoran incluso más pronunciadas por el.- ¿Clara, estas ahí?

-Sí, yo... me había quedado pensando en todo lo que acabas de decir y por favor, no te calles, quiero seguir escuchando tu voz, es tan placentero después de tener que imaginar como sería leyendo las notas. Y pensar que te he tenido delante todo este tiempo, a mi lado, ¿como no me he dado cuenta?

-Soy bueno fingiendo, mira, ya hemos llegado, voy a quitarte la venda ¿vale? Aunque me gustaría abrazarte primero por si cuando me veas sales corriendo.

-No voy a salir corriendo, Jaime.- Dice Clara sonriendo.


Clara y Jaime se unen en un emotivo y cálido abrazo que para ellos parece más corto de lo que es en realidad y cuando se separan, éste le quita el pañuelo de los ojos a ella que sorprendida se lleva las manos a la cabeza sin poder creer que alguien se haya tomado tantos esfuerzos con ella.