domingo, 26 de abril de 2015

Racionalidad y amor.

-¿Que haces ahí arrinconado?¿Como estás?
+Deberías saber como estoy, al fin y al cabo lo sabes todo ¿verdad?
-Amigo mio, ahí te equivocas, se como deberías sentirte o como quieres que la gente crea que te sientes, pero no tengo la más remota idea de como te sientes en realidad.
+No mientas, a otros podré ocultárselo pero tu, mirame, todas las cicatrices que eran solo marcas en mi piel, son ahora heridas infectas y profundas que no tienen pinta de poder curarse aunque pasaran mil años.
-Curarán, siempre lo hacen. Pero si, la verdad es que se te ve hecho mierda, y eso que siempre me has parecido el más atractivo de los dos.
+¿Ya empezamos con los sarcasmos?
-No iba en coña, yo soy tan racional que pierdo el encanto, y tu, mírate, siempre arriesgándote aunque sepas que la probabilidad es nula.
+Si, y mira como he acabado, yo aquí hecho trizas y tu ahí arriba sin un solo jodido rasguño. Además, yo no se nada de probabilidad ni de estadísticas, yo estoy aquí para que me rompan y me cosan una y otra vez. Sentir lo llaman. Dolor es lo que se siente. ¿Y ahora que me queda? ¿Desangrarme poco a poco hasta que llegue otro que haga que las cicatrices vuelvan a ser solo marcas?
-La última vez las arreglo el mismo que las produjo. ¿Recuerdas? Quizá vuelva a pasar.
+Quizá, pero también te recuerdo que pasaste horas diciéndome que no le dejara arreglarlas.
-Nunca me haces caso, y lo agradezco. No sabes lo satisfactorio que es verte dando saltos de alegría, de amor y de pasión.
+Amigo mio, el amor es dolor, un dolor que nunca te cansas de sentir. ¿Pero como vas a saberlo tu? Si yo soy la parte que siente y tu solo la que advierte.