lunes, 18 de agosto de 2014

La llamada de la tormenta.

A menudo los días soleados se vuelven tormentosos y curiosamente esa es la parte que más me gusta. Ese momento en el que la mayoría temen a los truenos mientras a mi me invade la felicidad por ver como el cielo se ilumina gritando que ama la vida, ese instante de placer en que me siento delante de la ventana a observar como las gotas compiten por ver quien llega mas lejos como si incluso ellas tuvieran una historia que contar, ese momento en que el té rojo tiñe mis labios y mi vista comienza a moverse por las hojas de un buen libro, ese momento en el que sólo existimos yo y la tormenta.
Mucha gente dice que después de la tormenta llega la calma, pero para mi no hay calma alguna sin relámpagos, truenos y lluvia. Por eso espero paciente a que un día soleado se transforme y pueda yo acudir a la llamada de la tormenta.

lunes, 12 de mayo de 2014

¿Es tanto pedir?

Quiero ser libre. Desplegar mis alas y volar lejos. Volar allí donde no existan las caras largas del lunes a las seis y media de la mañana, allí donde sea más normal ver a alguien leyendo un libro que chateando o jugando con el móvil. Quiero encontrar el sitio en el que pueda vestirme como quiera sin ningún tipo de miedo a las burlas. Un sitio en el que gritar, reír, bailar en medio de la calle, llorar, saltar o hacer cualquier otra cosa sin que absolutamente nadie te mire mal. Quiero ser libre en un lugar donde no te llamen raro por no ser otra burda y estúpida copia barata de los engendros que habitan nuestra sociedad hoy en día. Donde el consumismo no consuma el alma de los compradores y donde se premie antes el conocimiento y la sabiduría que un cuerpo escultural. Solo quiero ser libre... Me bastaría con sentirme la mitad de libre que cuando empiezo a nadar en el mar. El mar... Tan inmenso, tan profundo, tan bonito como mortífero para aquellos que se enfrentan a el, tan libre... 
Quiero ser feliz disfrutando de una libertad completa donde se me permita decidir que quiero hacer con mi vida y como quiero hacerlo y no solo eso, quiero que todo el mundo se sienta libre porque no hay mayor felicidad que decidir por ti mismo. Porque aunque no la apreciemos tanto como deberíamos, la libertad es el bien más preciado del que pueda disfrutar el ser humano. Yo solo quiero que esa libertad sea real, ¿De verdad es tanto pedir?

domingo, 2 de marzo de 2014

Y ya no pude mas...

Desde que papá murió las cosas en casa se van haciendo cada día mas difíciles...
Mamá ha dado de lado a toda la familia exceptuando a mi hermana Ana con la que va a todas partes, como la odio por ello, mama me ignora por su culpa. Por otro lado mis hermanos Ruben y Alex, que siempre se habían llevado fatal y se habían centrado solo en mi, han empezado a ir juntos a todos lados y a apartarme de ellos. No puedo soportarlo. Siempre he querido a Alex más que a ninguno y al igual que antes me ayudaba hasta con los deberes, ahora no me hace ni el más mínimo caso, pero a el aún le quiero.
Odio tanto estar en casa que siempre como por ahí después de clase, ¿para que voy a ir a un sitio donde no se me aprecia pudiendo comer en cualquier otro sitio?
Precisamente hoy me he parado a comer al burguer pero antes le he escupido en la cara a la chica que me ha hecho siempre la vida imposible. Antes Alex y Ruben me defendían pero des de que pasó aquello nada ha vuelto a ser igual, la muerte de papá nos cambio a todos, como odio a ese maldito borracho hijo de puta que le arroyó con su flamante todo terreno, debería ser él el que estuviera muerto.
El caso es que le he escupido a esa chica porque ya que hoy es mi ultimo día de vida puedo permitírmelo.
Lo tengo todo planeado. Hoy es martes y los martes nunca hay nadie en casa después de las 4. Yo salgo de clase a las 2 y termino de comer a las 2:30, luego solo tengo que ir 1 hora a la biblioteca y irme a casa. Y así lo hago.
Al llegar a casa, como ya suponía, no hay nadie. Voy a la cocina y cojo el cuchillo que siempre usaba papá para todo, voy a mi habitación y me siento en el suelo con la espalda apoyada en la cama, miro al techo (ahí esta el póster de una banda que siempre me había sacado de mis penas hasta ahora), Gracias!, digo mirando con pena, ya no hay vuelta atrás, ni quiero ni puedo vivir Y lo hago, duele y veo la sangre brotar pero no paro, lo necesito, apretó hasta que veo que la sangre no va a parar y dejo caer el cuchillo casi inconsciente, al final muero con una sonrisa en la cara, soy feliz.

sábado, 4 de enero de 2014

Maldita vergüenza.

Quiero perderme en el limbo de los sueños, donde todo es perfecto, donde todo es como tú quieres que sea, donde puedes ser como tú quieres ser, sin críticas, sin malas caras y sin reproches. Un lugar donde la paz y el amor reinan, donde poder jugar, reír y saltar todo el tiempo que quieras y donde puedes hacer cosas que en el mundo real no harías.
Quiero trasladar toda la valentía que tengo en mis sueños hacia la vida real, lanzarme a la piscina y decirte con palabras lo que siento, dejar de girar la cara cuando nuestros ojos se cruzan, quiero conocerte y que me conozcas, quiero quererte y que me quieras y sobre todo quiero dejar la maldita vergüenza a un lado.
Pero todos sabemos que no puedo, que nada de lo que he dicho va a pasar y que para ti seguiré siendo una desconocida, que por alguna extraña razón, te mira.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Se acabó el amor.

No hay más, todo acabó. La ilusión, las ganas, el entusiasmo... El amor.
Se acabo el pensar que puede ser, que todos tenemos nuestra alma gemela y que tu eres la mía.
Se acabó el depender de que tu me quieras, para empezar a quererme por mi misma. Se acabó el pisotear mi orgullo por ti y disminuir mi autoestima día a día por tus palabras y un estúpido espejo. Se acabaron los espejos. Se acabaron las palabras bonitas que pensé pero nunca dije y también las que dije sin pensar. Se acabaron las lágrimas por el miedo a tus golpes y el estar dispuesta a todo por ti. Se acabaron todas las historias y sueños en que todo salía bien porque en realidad nada sale bien. Se acabaron los golpes, los insultos y las humillaciones y empezarán las denuncias porque ya... Se acabo el amor.

PD: Un poco tarde pero esto es un escrito a favor de la NO violencia de género. Ya se sabe, más vale tarde que nunca.

jueves, 28 de noviembre de 2013

4. Un verano después.

A principios del curso 2014-2015.
Jaime lleva todo el verano pensando en esa chica rubia de ojos verdes que se encontró en el instituto hace unos meses.
Ella es tan guapa y parecía tan directa y tan sincera...
No era cierto que era la primera vez que la veía, pero necesitaba saber como es su voz y la única forma de hablar con ella era esa.
Camina hacia el instituto pensando que quizá le sentó mal aquella pregunta y que a lo mejor no volvería a verla jamás, nada más lejos de la realidad.
Jaime llega al instituto y va a 4ºC sin ni siquiera mirar las listas ya que su madre trabaja en el instituto y le dijo que esa es su nueva clase.
Llega allí y ve a algunos de sus antiguos compañeros y los saluda siempre con una sonrisa en la cara.
La maestra llega, abre la puerta y todos entran. Al cabo de unos minutos empiezan a pasar lista y a sentarse en ese orden.
-Miguel.
-Sí.
-Paula.
-Sí.
-Jaime.
-Sí.
-Carla.
En ese momento la chica entra por la puerta y dice.
-Sí. Siento llegar tarde.
Jaime se gira y la ve.
-Oh dios, es ella-piensa- y que guapa va...
Carla lleva unos pantalones cortos, blancos, desgastados y con rotos y una camiseta ancha negra además de su maleta negra con un estampado de claves de sol blancas.
-No importa, pero que no se vuelva a repetir-dice la maestra.
Carla se sienta y Jaime no puede creerse que esa chica vaya a su clase y que además se siente a su lado.








3. Antes de todo.

A finales del curso 2013-2014.
-Hey, no te había visto nunca por aquí.¿Quien eres?-dice el desconcertado.
-¿Que quien soy?-dice ella con una risita irónica- Soy esa chica que no destaca, que no llama la atención a pesar de llevar ya 3 años aquí. Esa chica que va siempre con los auriculares puestos y sin pensar en lo que digan de ella porque es consciente de que nadie sabe que existe. Esa chica que lee apoyada en la pared del patio, la que escribe cuando tiene tiempo libre, la que no se viste de forma llamativa porque odia que la observen y a la que no le gusta que los demás sepan como es realmente porque tiene miedo al rechazo, por cierto, me llamo Carla- dice ella sonriendo.
-E...Encantado, yo soy Jaime- dice él perplejo y avergonzado.
La chica se aleja sabiendo que quizá ha explotado con quien no debía y que ese chico le parece muy mono.