lunes, 18 de agosto de 2014

La llamada de la tormenta.

A menudo los días soleados se vuelven tormentosos y curiosamente esa es la parte que más me gusta. Ese momento en el que la mayoría temen a los truenos mientras a mi me invade la felicidad por ver como el cielo se ilumina gritando que ama la vida, ese instante de placer en que me siento delante de la ventana a observar como las gotas compiten por ver quien llega mas lejos como si incluso ellas tuvieran una historia que contar, ese momento en que el té rojo tiñe mis labios y mi vista comienza a moverse por las hojas de un buen libro, ese momento en el que sólo existimos yo y la tormenta.
Mucha gente dice que después de la tormenta llega la calma, pero para mi no hay calma alguna sin relámpagos, truenos y lluvia. Por eso espero paciente a que un día soleado se transforme y pueda yo acudir a la llamada de la tormenta.

1 comentario:

  1. Estupendo. ¡Casi he logrado ver las gotas de lluvia resbalando por la ventana!
    Siempre me gusta leer lo que escribes, pero es una lástima que no te prodigues un poco más. Ojala no haya que esperar tres meses para leer la siguiente entrada.
    Ánimo y a continuar.

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