Jaime lleva todo el verano pensando en esa chica rubia de ojos verdes que se encontró en el instituto hace unos meses.
Ella es tan guapa y parecía tan directa y tan sincera...
No era cierto que era la primera vez que la veía, pero necesitaba saber como es su voz y la única forma de hablar con ella era esa.
Camina hacia el instituto pensando que quizá le sentó mal aquella pregunta y que a lo mejor no volvería a verla jamás, nada más lejos de la realidad.
Jaime llega al instituto y va a 4ºC sin ni siquiera mirar las listas ya que su madre trabaja en el instituto y le dijo que esa es su nueva clase.
Llega allí y ve a algunos de sus antiguos compañeros y los saluda siempre con una sonrisa en la cara.
La maestra llega, abre la puerta y todos entran. Al cabo de unos minutos empiezan a pasar lista y a sentarse en ese orden.
-Miguel.
-Sí.
-Paula.
-Sí.
-Jaime.
-Sí.
-Carla.
En ese momento la chica entra por la puerta y dice.
-Sí. Siento llegar tarde.
Jaime se gira y la ve.
-Oh dios, es ella-piensa- y que guapa va...
Carla lleva unos pantalones cortos, blancos, desgastados y con rotos y una camiseta ancha negra además de su maleta negra con un estampado de claves de sol blancas.
-No importa, pero que no se vuelva a repetir-dice la maestra.
Carla se sienta y Jaime no puede creerse que esa chica vaya a su clase y que además se siente a su lado.